MÉTODO PARA EVALUAR EL RIESGO DE INCENDIOS EN EDIFICIOS

 

Reconocido un método de la UPM contra incendios en edificios


El Código Técnico de la Edificación incorpora una herramienta desarrollada por investigadores de la UPM que permite, de forma relativamente sencilla, económica y rápida, un análisis de la exposición de los inmuebles al fuego y su nivel de protección.


    Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), pertenecientes a la Cátedra de Seguridad Lafarge de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales, han desarrollado un método de evaluación de riesgos que se ha incorporado en el Código Técnico de la Edificación (CTE) como documento reconocido en el ámbito de la prevención de incendios. El sistema, denominado Meredicte, permite de forma relativamente sencilla, económica y rápida un análisis de la exposición de los edificios al fuego y su nivel de protección.

    El trabajo tiene su origen  en una tesis doctoral desarrollada por José Carlos Pérez y dirigida por el profesor Rafael Díaz. Se trata del primer documento reconocido y, por tanto, útil para la aplicación y desarrollo de los criterios establecidos en el CTE en el ámbito de la seguridad contra incendios en España.

    La nueva herramienta emplea el concepto de nivel de riesgo global y lo obtiene por comparación del nivel de peligro y el nivel de protección. La evaluación del nivel de riesgo y protección se desglosa en 73 parámetros, de los cuales 28 intervienen en la determinación del peligro potencial y 45 en el cálculo del nivel de protección. Meredicte utiliza tres veces más parámetros que el método de evaluación más referenciado y extendido en seguridad contra incendios, el método Gretener.




    Con su inscripción como documento reconocido en el CTE, ingenieros, arquitectos, autoridades de control de la administración e investigadores, entre otros profesionales, pueden contar con una herramienta común que les permite cuantificar y clasificar el nivel de riesgo de incendio en los edificios. “En definitiva, esto supone cubrir un vacío existente en la normativa de edificación de nuestro país que ha generado muchísimas limitaciones, sobre todo, para el diseño basado en prestaciones”, afirma Roberto Santos, secretario técnico de la Cátedra de Seguridad Lafarge de la UPM.

    Este enfoque, basado en prestaciones (y que se permite por el artículo 5 del CTE), supone que para el diseño de un edificio se pueden cumplir los requisitos que se piden, justificándolos por una vía tradicional (prescriptiva), o  hacer un diseño novedoso, que será válido siempre que cumpla el objetivo definido (prestación) y se demuestre que el nivel de seguridad es equivalente al del que se habría conseguido con la aplicación de los criterios tradicionales

Mayor eficiencia en la edificación


    Se puede asegurar que para el proyectista y el promotor la principal ventaja de Meredicte es que va a facilitar la justificación de los criterios de equivalencia que se requieren para un diseño prestacional. Eso hasta ahora resultaba muy complejo, puesto que no había documentación nacional que lo desarrollara. El hecho de poder flexibilizar los diseños permitirá mejorar la eficiencia de las inversiones en edificación, lo que resulta muy útil en una época de crisis como la actual. Además, facilitará la investigación y desarrollo en nuevas aplicaciones o soluciones constructivas novedosas, que dentro de la aplicación prescriptiva no tendrían cabida, como los intercambiadores de transporte, los edificios de gran altura, las grandes terminales aeroportuarias o aquellos edificios protegidos que vayan a ser reformados.

    Los principales destinatarios del Meredicte, según sus responsables, serán los ingenieros, arquitectos y técnicos que realicen proyectos de edificación. También las compañías aseguradoras, los cuerpos de bomberos y los técnicos municipales, ya que el método permite identificar las medidas de protección, verificar el cumplimiento del nivel de seguridad establecido en el CTE y realizar protecciones eficientes contra incendios, así como evaluar edificios ya existentes mediante una valoración en cada caso.

    Para el profesor Santos, tras la adopción del método como documento reconocido en el ámbito del CTE, esta herramienta se empleará con gran regularidad durante las próximas décadas por los proyectistas y las autoridades de control. Sin embargo, habrá que seguir implementando las condiciones de seguridad contra incendios. En su opinión, “aunque el Código Técnico de Edificación permite el diseño basado en prestaciones, aún estamos muy lejos del desarrollo reglamentario que en este sentido tienen otros  países que cuentan con códigos edificatorios más avanzados a nivel internacional que han ido desarrollando a lo largo de los años. Es algo en lo que se deberá trabajar en el futuro”.

    Santos opina que este es uno de los avances reglamentarios que deben desarrollarse en el futuro inmediato. Por ejemplo, considera que es imprescindible actualizar el Reglamento de Instalaciones de Protección contra Incendios (Real Decreto 1942/1993) para incluir las nuevas tecnologías y los actuales criterios de diseño. “El Ministerio de Industria es consciente de esta necesidad, por lo que lleva varios años trabajando en ello”. En cuanto al propio Meredicte, indica que “las aplicaciones futuras también permiten plantearse diversos desafíos: cubrir el uso industrial y adaptarlo al Reglamento de Seguridad contra Incendios en Establecimientos Industriales (Real Decreto 2267/2004; ampliarlo para cubrir objetivos como la protección del patrimonio histórico; o, incluso, aplicarlo para conseguir implantar sistemas de control del riesgo de incendio para nuestros edificios en tiempo real”.


FUENTE:   Universidad Politécnica de Madrid

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