FUEGOS FORESTALES, ¿CÓMO SON?, ¿CÓMO SE COMPORTAN? (I) por Domingo Beltrán




SEGURIDAD PÚBLICA Y PROTECCIÓN CIVIL. SEGURIDAD MEDIOAMBIENTAL Y PROTECCIÓN DEL ENTORNO.

    Una de las principales preocupaciones medioambientales en todo el mundo, y en especial en el área mediterránea y tropical, son los incendios forestales responsables principales de la degradación de la vegetación.

    Estos tipos de incendios son en su mayoría, extinguidos por el personal que realiza el primer ataque, generalmente, organizado en cuadrillas (retenes, brigadas de vecinos, etc.) este tipo de fuego se puede controlar cuando normalmente ha recorrido menos de cinco hectáreas, es de destacar que cada año la mitad de los incendios forestales quedan contenidos en poco tiempo, gracias a un ataque inicial rápido y coordinado logrando que los daños originados sean cada vez de menos entidad.

    Algunos de los fuegos sin embargo, se extienden, convirtiéndose en grandes y devastadores incendios causantes, de la mayoría de las pérdidas que como consecuencia de los mismos se originan. tanto a nivel ecológico como material, daños que en la mayoría de las ocasiones se convierten en irreparables; unos se propagan debido a condiciones meteorológicas muy desfavorables como puede ser un fuerte viento o un periodo de extrema sequía, como es el caso de este verano en España; otros son consecuencia de una detección tardía o se localizan en zonas de muy difícil acceso a las que no es fácil acudir rápidamente ; en otros casos es la coincidencia de varios incendios la que excede a la capacidad de intervención de los medios disponibles y por último otros muchos grandes incendios que se han sucedido en el tiempo son el resultado de que las decisiones tomadas para la intervención fueron equivocadas en el momento de su detección.

    Los diversos y complejos factores que se manifiestan en los incendios forestales exigen soluciones cada vez más precisas y de una elaboración exhaustiva. Con frecuencia los esfuerzos dedicados a resolver esta problemática se basan en el aumento de los medios dedicados a la prevención y extinción, junto a la incorporación de nuevas tecnologías y aplicaciones derivadas de una compleja investigación.

    Muchos de estos trabajos están encaminados a conocer mejor el medio donde se producen los incendios y donde se desarrollan las labores de extinción. Sin embargo, el progresivo aumento de la aplicación de nuevas tecnologías no responde en muchas ocasiones a las demandas de las personas que última instancia deben hacer uso de ellas. La planificación de la lucha contra incendios requiere de información muy variada: modelos de combustible, vegetación, infraestructuras , etc… ,pasando por los propios medios de que se dispone para la lucha, bien sean específicos o no .

    Como ya hemos dicho anteriormente, una de las principales causas de deforestación que se suceden en el mundo son los incendios forestales y ésta no es patrimonio ni de los países desarrollados ni de los conocidos como tercer mundo. Ante ello cabe considerar que en las regiones menos pobladas del planeta suelen ser elementos meteorológicos (rayos) los causantes de los incendios, al contrario que en las zonas de mayor población como puede ser el área mediterránea en la que las actividades humanas –utilitarias o recreativas – son las causantes de la mayoría de los incendios.

    El carácter crónico de este fenómeno revela que hay condiciones estructurales, es decir permanentes, que están en la raíz del problema. El clásico símil del triángulo del fuego en este caso en forma de ecuación, nos plasma de forma gráfica las condiciones necesarias para un fuego se desarrolle – combustible, comburente y calor o energía de activación- puede ser aplicado en este caso para señalar las causas estructurales de un incendio forestal : Clima, vegetación y población.

Combustible + Comburente + Energía de Activación = FUEGO
Clima + Vegetación + Población = RIESGO

    En el caso del incendio forestal el primer elemento será el combustible vegetal,constituido por las plantas vivas tanto herbáceas como leñosas y por los residuos muertos como las leñas, que se encuentran en los montes.

    Para que este combustible arda con facilidad deberá estar muy seco, por lo que la mayoría de los incendios forestales se producen en los meses de verano cuando las temperaturas alcanzan valores muy altos.

    El Comburente (oxígeno) esta siempre en el aire y generalmente en cantidades suficientes para mantener la combustión.

    En cuanto al foco de calor o energía de activación, puede provenir de causas naturales como el rayo o ser provocado por el hombre de manera accidental, negligente o intencionada.

    El clima mediterráneo en el cual nosotros nos desenvolvemos posee una estación seca y cálida, a veces con fuertes vientos en que la humedad de los combustibles muertos (hojarasca, ramas, tocones, etc…) se reduce extraordinariamente, facilitando la ignición de focos caloríficos muy pequeños así como su posterior propagación.

    La población cuya densidad en las áreas mediterráneas se incrementa precisamente durante la estación estival (seca o muy seca), invade las áreas forestales en busca de recreo, utilizando a veces el fuego. Por su parte, las poblaciones rurales, aunque en regresión numérica, conservan la práctica antigua de emplear el fuego como instrumento de preparación del terreno, bien sea para la agricultura como para la ganadería.

    Llegados a este punto estudiaremos los diversos factores, su comportamiento y el modo de minimizar los daños ocasionados por este enemigo substancial de nuestro planeta.

    Sobre la población como causante inmediata de la mayoría de los incendios forestales, es posible actuar mediante la formación, concienciación social o bien por medios coercitivos tanto para analizar su comportamiento como mediante la legislación al efecto; pero es el aspecto primero, el de la formación social en el que a juicio del autor se debe incidir prestando mayor atención y esfuerzo.

    El conocimiento de las condiciones en que se puede desarrollar un incendio forestal así como de los medios y tareas que se han de utilizar y realizar respectivamente, llevarán a extinguir con éxito la mayoría de las áreas afectadas.

    Un cuerpo se convierte en combustible cuando bajo determinadas condiciones – elevación de la temperatura –es capaz de alcanzar el rango de inflamación correspondiente a la composición del mismo, desprendiendo de este modo vapores suficientes para poder arder y mantener la llama; los modelos de combustibles forestales más comunes son :

Pasto fino, seco y bajo.
Pasto con matorral o arbolado claro.
Pasto grueso, denso, seco y alto.
Matorral o repoblado de 2 m.
Matorral denso, bajo de 1m.
Matorral denso inflamable o restos de frondosas.
Matorral muy inflamable de 0,5 a 2m.
Bosque denso con hojas pequeñas.
Bosque denso con hojarasca grande.
Bosque con muchos restos leñosos.
Bosques con restos ligeros.
Desechos bajo el arbolado.
Grandes acumulaciones de material leñoso.

    Cuanto más seco se encuentre el combustible forestal, mayor será la carga térmica de la zona y por lo tanto mayor cantidad de material que arderá, a su vez será la mayor cantidad de calor desprendida y como consecuencia de ello aumentará su propagación con mayor facilidad, no debemos de olvidar que algunos combustibles forestales son ricos en resinas y aceites, aspecto éste que facilita aún más su inflamación.

    Del mismo modo que las dimensiones y la disposición de los combustibles influyen en el comportamiento del fuego, los medios de transmisión del calor juegan un factor importantísimo a la hora de proceder ante un incendio, de este modo, es conveniente saber que las formas fundamentales de transmisión del calor son: CONVECCION, CONDUCCIÓN y RADIACIÓN.

    El Calor de convección o calor convectivo, proviene del aire circundante, producido por el calor realizado como consecuencia de la quema de fluidos.

    Si en un lugar determinado la masa de aire existente se calienta, alcanzando mayor temperatura que las masas que la rodean, tiene tendencia a elevarse debido a su menor densidad, siendo sustituida por otras masas frías que al calentarse, a su vez, también se elevarán, originándose unas corrientes ascendentes de aire caliente, que transportará el calor.

    El aire puede calentarse como consecuencia del calentamiento del suelo por las altas temperaturas o por el calor desprendido por un incendio y las corrientes de aire formadas desecaran los combustibles que encuentren a su paso favoreciendo la propagación del fuego.

    La transmisión del calor por convección tiene especial importancia en la rapidez del avance del incendio ladera arriba y en el paso del fuego del soto bosque a las copas de los árboles.



Propagación del Fuego



    El Calor conductivo, es el producido por el contacto directo con superficies calientes, tales como metales y otros elementos de similares características.

    En este caso el calor se transmite en el interior de un cuerpo sin que haya desplazamiento de las moléculas que lo componen.

    Esta forma de transmisión tendrá lugar cuando exista contacto entre las plantas y hace también que se quemen los materiales leñosos (raíces, troncos, ramas, etc. . .) que componen la vegetación.

    El Calor radiante, tiene su ejemplo válido en el transmitido por el rayo generado por el sol, o una fuente de calor en un incendio, donde todo el calor es absorbido por la masa y no por el aire circundante.

    En la radiación el calor pasa a través del aire sin que exista movimiento del mismo y sólo tiene lugar a cortas distancias.

    Por ello, en los incendios forestales la propagación por radiación afecta únicamente a los combustibles que es tan próximos a los que están ardiendo.

    En el caso de los fuegos forestales consideraremos como de riesgo alto el calor de convección y el de radiación y como de riesgo bajo o sin riesgo el calor de conducción.

    Al igual que el calor se transmite de las formas que acabamos de ver, el fuego forestal se propaga a su vez de tres maneras a tener en cuenta:

    Cuando el fuego se extiende quemando el tapiz herbáceo y matorral, le llamaremos de fuego de superficie; este tipo de combustible, al acusar rápidamente la falta de humedad y arder con facilidad, resulta muy propicio para la iniciación de las llamas, no debemos dejar en el olvido que gran número de incendios en sus comienzos no son más que incendios de superficie.

    Cuando el avance del fuego se manifiesta consumiendo las capas de los árboles facilitado por la fuerza del viento, mayor en altura que a nivel de matorral, estaremos ante lo que se denomina fuego de copas , este se desarrolla normalmente mucho más rápido que el originado en superficie y es por tanto mucho más peligroso.

    Un tercer elemento es el fuego de subsuelo o fuego subterráneo, este fuego se propaga como su nombre indica bajo la superficie, alimentado por materia orgánica seca y propiciado normalmente por el metano producido por la putrefacción de raíces y turba, su desplazamiento suele ser lento, yendo siempre detrás de los de superficie, por lo cual cuando este tipo de fuego se manifieste será necesario roturar el terreno para lograr su extinción.

   Otros factores influyen de manera decisiva en la propagacón de un incendio, siendo el viento, la vegetación, y la orografía del terreno los factores más importantes a considerar.




Domingo Beltrán
Director Técnico en Seguridad Penta 3 Consultores Seguridad

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